La raíz parásito que crece: la obra pictórica de Angela Requena

Por John R. González

  

    En el año 2016 me vi forzado a mi primera migración. Sí, sé que es difícil entenderlo, pero tarde o temprano debemos acostumbrarnos a que la vida se trata de migrar varias veces. Algunas de esas migraciones, no implican directamente el moverte de tu lugar de origen. Pero antes de ponernos filosóficos, quisiera continuar contando cómo fue esa primera migración. Como ya mencioné antes, fue en el año 2016. La situación laboral en mi ciudad natal se hacía cada vez más compleja, por lo que decidí probarme a mí mismo en otra ciudad. Luego de un proceso de entrevistas reglamentario (como debe ser en un país normal), me aceptaron para dar clases en un colegio adventista en Mérida, Venezuela (el que me conoce realmente sabrá cómo ha sido mi relación con Dios a lo largo de mi vida). El día se iba en una rutina que, para ser honesto, resultaba bastante agradable: buenos compañeros de trabajo que, a la fecha, puedo decir que son amigos, buenos estudiantes, rebeldes y creativos por igual y un clima sin igual. Además, aprendí que Dios también puede ser encontrado en las pequeñas cosas. Fue en esta escuela donde conocí a Angela Requena (Gita). Y no, lector, no tengo una historia fantástica e hiperbólica que explique cómo la conocí. Yo, simple y humanamente, era su profesor de literatura. ¿Describir a Angela? No, no es fácil hacerlo, porque ella no es una persona fácil de entender, en el mejor de los sentidos: callada, inteligente, creativa, atenta, vigilante, curiosa y, por sobre todas las cosas, talentosa.

 

    ¿Alguna prueba de su talento? Puedes darle un vistazo a sus dibujos y pinturas y juzgar por ti mismo. Yo, me limito a disfrutar del proceso al que llega todo profesor que sabe que ha cumplido con su función en la vida: aprender de sus alumnos. Hoy, me toca aprender de ti, Angela, y no podría estar más agradecido con Dios por ello.

 

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 ¿En qué momento decidiste comenzar a dibujar?

 

    La decisión de dibujar es una de las primeras que he tenido presente. Creo que el lenguaje visual a través del dibujo y la pintura es una de las primeras formas que tenemos para comunicarnos y expresar, de alguna forma, nuestro mundo interno desde la infancia a través de la exploración con el color, las formas o las texturas. Mi acercamiento con el deseo decidido de aprender a pintar y dibujar que más recuerdo en un principio fue quizás a los 5 años, si no me equivoco. Lo recuerdo porque donde yo nací (Anaco, Anzoátegui) no habían clases de artes plásticas donde yo pudiera aprender a dibujar y pintar, entonces, cuando le pregunté a mi madre si yo podía aprender pintura (porque ese siempre fue el deseo de aprender desde lo pictórico más que desde el dibujo), ella me decía que no había. Fue entonces cuando al cumplir seis años nos mudamos al estado Mérida, donde mi mamá pudo encontrar un lugar para que yo pudiera tener mis primeros acercamientos al dibujo y la pintura, el lugar era El Palacio de los Niños, un sitio de clases dirigidas donde también brindaban talleres y allí tuve mis primeros conocimientos básicos a temprana edad. A los 9 años le dije a mi mamá que quería ser pintora y fue la primera vez que recuerdo nítidamente haber expresado de forma tan decidida lo que quería ser en la vida, y ella tan sabia, siempre apoyándome me daba ideas y me impulsaba a soñarlo más en grande. Si bien mis primeros dibujos los aprendí por mi papá, mi mamá siempre se encargó de guiarme hacia ese lado creativo, y de alguna forma yo siempre volvía a algún lugar a formarme en el dibujo y posteriormente la pintura.

 


Como artista ¿Qué es lo que más te inspira?

 

    La naturaleza, las plantas, algunos animales, el cosmos, las estrellas, los astros, las partes del cuerpo humano, todos esos elementos despiertan un interés desde los detalles, la perfección, o incluso aparente imperfección con las texturas que poseen, sus formas diferentes y patrones repetitivos, los colores variados y brillantes. Todas esas cosas generan en mí un estado contemplativo que me ayuda a dar origen a mi propio imaginario o me invita a hacerme preguntas a modo de cuestionamiento . Los libros y películas también son una buena referencia ya que me permiten imaginar escenarios o diferentes puntos de vista. Entre los libros y películas prefiero las temáticas fantásticas que alimentan mi imaginación e inspiran a crear. Por otro lado también me gustan los libros históricos, por eso mi mayor fuente literaria es la Biblia, ya que encuentro un montón de historias, tanto literales como simbólicas, de las cuales parten algunos de los cuestionamientos que planteo. La música también es uno de los medios que utilizo para cerrar los ojos y repensar mientras lo fusiono con los elementos anteriores al momento de crear. Incluso ver las obras de otros artistas también es un buen remedio inspirador para esos momentos de bloqueo creativo, ya que te dan un empuje y despiertan las ganas de crear, o generan nuevas ideas al instante.



 

Como parte de tu catarsis creadora, ¿Alguna de tus ilustraciones cuentan alguna historia? De ser así, ¿qué historia cuenta?

 

    La chalada, es un dibujo que hice en 2022, se titula así porque se le dice “chalada” a aquella persona que ha perdido el juicio, como estar muy enamorada o le gusta demasiado algo, hasta el punto de entrar en ese estado. Ese dibujo, como su título lo expresa, representa a una persona enamorada, pero de una forma insana, con falta de juicio pero inconscientemente, ya que, mientras el enamoramiento está crecido, este es acompañado de una raíz parásito que crece juntamente de forma avanzada y silenciosa amarrándose de la persona, envolviendo su cuello con intención de asfixiarla. En el dibujo se representan las flores que crecen desde el ombligo y las típicas mariposas “en la barriga” que salen también a través de él libremente mientras se contrastan con la larga raíz que comienza a envolver su presa. El dibujo resulta ser una alegoría de lo bonito y asfixiante que puede llegar a ser un enamoramiento.

 


¿Cuál es tu método para abordar las imágenes que realizas?

 

    Hay dos formas de iniciar un proceso creativo. A veces, primero, será la imagen y luego el concepto, pero otras veces será primero el concepto que quieres representar y luego la imagen. Cuando surge primero una imagen es porque simplemente una idea inconsciente nace y acaba siendo plasmada sin algún prejuicio o filtro, solo se genera aunque en un principio uno mismo no la entienda, generalmente eso sucede de una forma natural en base a la necesidad de expresar un sentimiento o por el impulso de crear algo, incluso hasta por práctica, ya luego del nacimiento de la imagen, esta se puede analizar y dependiendo de sus elementos se puede enlazar a un concepto y darle un significado a la imagen tal cual o haciendo algunos ajustes. Cuando se trabaja desde un concepto es un poco más tedioso encontrar la mejor forma para representar lo que se quiere decir, involucra investigar y obtener varias imágenes referenciales, hacer pruebas y así se logra sintetizar la imagen.



¿Cómo quieres que la gente recuerde tus imágenes?

 

Me gustaría que lo recordaran como historias visuales que inviten a investigar el pasado, analizar y cuestionar el presente con la finalidad de que en el futuro encuentren respuestas, o que simplemente rescaten un buen dato o se sientan inspirados a investigar y contemplar.

Me gustaría lograr representar una realidad mediante elementos fantásticos y que esa característica sea la que permanezca en la mente de las personas. Todavía es una meta en proceso, es un camino que falta descubrir pero por el cual poco a poco se va avanzando al adquirir experiencia y nuevos conocimientos que me permitan acercarme a ese objetivo; mientras tanto sigo en la búsqueda, experimentando, indagando, explorando los temas y estilos que me gustarían abarcar en un futuro no lejano para dejar esas historias que quiero contar.

 


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A la fecha de escribir este texto, Angela cuenta con 21 años. Yo, he vuelto a migrar (y lo seguiré haciendo). El destino, entre todas sus laberínticas vueltas, nos ha juntado nuevamente en un país lejano al nuestro. Lamentablemente, ya no comparto la dicha de estar en un salón de clases junto a ella y poder adentrarme más en su misterio, que sé que aún conserva. Solo puedo sentarme con mi taza de café y agradecer por haber tenido el honor de haber huído de mí mismo en el 2016 y estar en presencia de ese grupo de estudiantes que, para muchos de mis colegas, no era más que un dolor de cabeza. Sin embargo, para mí, era solo la punta del iceberg del talento que cada uno de ellos tiene y que se extraña ahora más que nunca. Y me gusta ver cómo Angela los representa y ejemplifica. Espero poder aprender de ti nuevamente muy pronto.

 



Angela Ysabel Requena Figueredo (Gita)

 


 

Angela Ysabel Requena Figueredo (Anaco, Venezuela), conocida también por su pseudónimo artístico como Gita. Desde temprana edad demostró un interés por las artes plásticas y visuales orientadas al dibujo y la pintura. A los seis años se mudó con su madre y hermano al Estado Mérida, fue a esa edad cuando inició formalmente su primera instrucción en el dibujo y la pintura al instalarse en la nueva ciudad. Durante su trayectoria, más allá de lo visual, también estuvo muy ligada a la música, llegando a formar parte del coro infantil perteneciente a la Orquesta Sinfónica del Estado Mérida, la Cantoría de Mérida y también llevó estudios en la Escuela de Música de la Universidad de los Andes, donde aprendió como instrumento base la flauta dulce y posteriormente como instrumento principal la flauta transversa. A los 14 años tras una pausa del mundo musical retoma su instrucción en las artes plásticas y visuales. Hacia fines del 2018 llega a Lima, Perú, donde acaba su último año de estudios secundarios y en 2020 tras estudios en pandemia logra ingresar a la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú (ENSABAP) donde actualmente cursa la especialidad de pintura en sus últimos años de estudio. Como pintora y dibujante se caracteriza por ser retratista en diferentes técnicas, también, eventualmente, brinda clases a niños. Desde el 2022 viene desarrollándose en la pintura mural, dando sus inicios en eventos de muralización que se llevan a cabo en Lima y recibiendo el apoyo de la agrupación Wayra, pintando en Jauja, Junín.